TOXINA BOTULINICA (BOTOX®)

TOXINA BOTULINICA (BOTOX®)

Con el pasar de los años, el tabaquismo, algunas enfermedades, factores ambientales y genéticos desarrollan arrugas y lineas de expresión profundas en la piel alrededor de los parpados, región frontal y cuello. Hasta hace unos años este tipo de alteración estética había sido de difícil tratamiento.

La toxina botulínica, es una neurotoxina elaborada por una bacteria denominada Clostridium botulinum.

La capacidad que posee la toxina botulínica para producir relajación muscular por bloqueo químico, se aprovecha en el tratamiento de ciertas enfermedades neurológicas, oftalmológicas y como tratamiento estético de las arrugas faciales.

El efecto farmacológico de la toxina botulínica tiene lugar a nivel de la unión neuromuscular, actuando localmente mediante el bloqueo de la liberación de acetilcolina, lo que se traduce en relajación muscular temporal sin producir ninguna lesión física permanente en las estructuras nerviosBOTOX®as.

La primera aplicación clínica de la toxina botulínica se realizó en 1977 como tratamiento corrector del estrabismo, una patología oftalmológica caracterizada por la hiperactividad de los músculos encargados de movilizar el globo ocular. Desde entonces, su uso se ha extendido en la medicina.

El blefaroespasmo, o contracción intermitente de los parpados, es otra enfermedad tratada con la infiltración local de esta toxina.

Cada vez se desarrollan más aplicaciones clínicas de la toxina botulínica, entre otras:

1. Hiperhidrosis (sudoración excesiva).
2. Sialorrea (excesiva formación de saliva).
3. Tratamiento estético de las arrugas faciales.

La marca comercial más conocida de esta forma de toxina botulinica es Botox®, medicamento producido y registrado por la empresa Allergan, Inc. de Irvine, California, que obtuvo la aprobación oficial en EE.UU en abril de 2002 para uso estético.

En la actualidad se comercializan otras presentaciones de la toxina botulínica de tipo A como Dysport®, Lantox®, Neuronox®, etc.

Tratamiento

Este es un procedimiento simple y seguro, de 10 a 15 minutos de duración. Se utiliza una aguja pequeña para inyectar en sitios especificos (de acuerdo a la actividad muscular).

No se necesita de anestesia o sedar y puede reintegrarse inmediatamente a sus actividades personales o laborales. Los resultados se observan despues de 2 a 3 dias, pero alcanzan su efecto en 10 a 14 dias.

Estos resultados usualmente se conservan por 4 a 6 meses y después de varios tratamientos hasta por 6 a 8 meses. El tratamiento con Botox® no sustituye los resultados de una ritidoplastia (estiramiento facial) abierta o endoscópica, pero si puede ser un buen complemento.

Complicaciones

Los efectos secundarios son raros, leves y transitorios; se resuelven en pocas semanas.

El mas importante es la migración de la toxina a los tejidos vecinos, particularmente cuando se utiliza en la región periorbitaria con la consecuente debilidad del músculo del elevador del párpado superior, produciendo ptosis palpebral o dificultad en la elevación del párpado.